jueves, 30 de mayo de 2013

¿Cómo sería una educación ideal en nuestra sociedad actual?  

En la actualidad estamos sufriendo la aparición de nuevas formas de organización social, económica y  política. 

Organización social: “El rasgo central de la nueva organización social consiste en que el conocimiento y la información estarían reemplazando a los recursos naturales, a la fuerza y/o al dinero, como variables clave de la generación y distribución del poder en la sociedad” (TEDESCO, J).

El papel del conocimiento y de la información como variables centrales del poder fue analizado por Alvin Toffler[1], quien se basaba en el carácter democrático que tiene la producción como la distribución de los conocimientos y las informaciones. El uso intensivo de estas herramientas requiere la constante transformación y renovación del conocimiento de quienes la producen y la distribuyen; sin embargo una sociedad  orientada en el uso frecuente del conocimiento, produce simultáneamente “fenómenos de igualdad y de más desigualdad, de mayor homogeneidad y de mayor diferenciación”.



La incorporación de las nuevas tecnologías en el mundo actual nos repercuta en acciones positivas y negativas para la sociedad. El uso de los TICS ha remplazado en cierta medida los puestos de trabajo de mano de obra. “El empleo disminuye en los sectores que pueden pagar buenos salarios y aumenta en aquellos que pagan salarios modestos” (TEDESCO, J).

Este tipo de exclusión social (TICS), provoca una modificación fundamentan en la estructura de la sociedad, exigiendo nuevos modelos de trabajo con altos niveles de calidad en el área de la producción –la inteligencia no puede estar concentrada en la cúpula de la pirámide sino que debe estar homogéneamente distribuida en toda la red del proceso productivo-.

Organización económica: desde una mirada económica, el impacto de la globalización o de las TICS ha influenciado en la expansión de las relaciones sociales. Desde esta perspectiva  éste frente no sólo significa que los capitales se muevan rápida y libremente por el planeta, sino más bien, en la “reducción de la capacidad del estado para definir su política monetaria, su presupuesto, su recaudación de impuestos y satisfacer las necesidades sociales de la población”.
La globalización rompe los compromisos habituales de la solidaridad de una sociedad y la cohesión que poseemos con nuestros pares.  

“Numerosos diagnósticos de la sociedad actual muestran que la ruptura de los vínculos tradicionales de solidaridad provocada por el proceso globalizador genera formas de exclusión, de soledad y de marginalidad” (TEDESCO, J).

Política educativa: Como efecto del impacto provocado por estos medios de las tecnologías, se debe crear hoy, una política educativa que garantice una educación de buena calidad, considerando esto como una condición necesaria de cualquier estrategia de cohesión social, de participación política, de inserción  al trabajo y de desarrollo de las competencias necesarias que permitan la construcción de un ser social participativo y de cambio.
Hoy en día es necesario educarse a lo largo de toda la vida para poder adaptarse a los requerimientos cambiantes del desempeño social.

“El desafío implica desarrollar la capacidad de construir una identidad compleja, una identidad que contenga la pertenencia a múltiples ámbitos: local, nacional e internacional, político, religioso, artístico, económico, familiar, etc” – no como un eje excluyente ni dominante.


¿Cómo sería una educación ideal para nuestra sociedad? Fragmento orientado por JOHN E. ROEMER: “Igualdad de oportunidades”:

La  política Nacional a favor de la infancia y la Adolescencia, es el resultado de un trabajo mancomunado de representantes de grupos de los ministerios del gobierno de Chile (2001-2010). En él, se explicitan diferentes principios orientadores que reconocen las particularidades, necesidades y potencialidades de los niños, niñas y adolescentes, como sujetos con derecho de igual accedo a una educación de calidad.


“Igualdad de derechos y de oportunidades”, es el principio estipulado en el artículo 2 de la convención de los derechos del niño el cual señala “los estados partes respetarán los derechos enunciados en la presente convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto de su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales”. Éste artículo, aplicado en Chile, domina la concepción de “principio de no discriminación o de  mérito” (JOHN E. ROEMER 1998), como concepción de la igualdad de oportunidades en educación; sin embargo, tal igualdad exige la ecuanimidad  del gasto educativo por alumno.

Hoy, en nuestro territorio chileno, hay grandes gastos públicos en educación pero sigue estancada, rezagada, subdesarrollada. “Aumenta la cobertura pero no así la calidad, incrementando los niveles económicos a ciertos sectores de la sociedad” (BRUNNER, J 2000). La igualdad de enseñanza es un tipo de igualdad que tiene por objeto otorgar una educación efectiva y consistente, considerando al alumno como un ser con capacidades; esto requeriría proporcionar una misma cantidad de recursos educativos a todos los individuos, con un marco de política educativa restringente a todo grupo social, considerando al sujeto como un ser singular con características, necesidades, intereses y fortalezas que se deben conocer, respetar y considerar. Esto implica relevar que cada alumno aprende con estilo y ritmos de aprendizajes diferentes que sin otro particular reciben las mismas oportunidades  de aprovechamiento escolar.

Igualdad de conocimiento y éxito escolar, es uno de los tipos de igualdad que “exige compensar las diferentes circunstancias de las personas”. Según las necesidades educativas que posea, se debe alentar y asegurar la prestación de recursos necesario a sus condiciones, con el objetivo de que el niño y la niña transformen estos recursos en resultados escolares en virtud de su esfuerzo.
Sin embargo, pese a lo anterior, los resultados obtenidos por los recursos provistos, propenden a transformaciones según la circunstancia de cada sujeto, tal como el medio social donde se inserta, la familia y el capital cultural que estos posean. 

Una política de igualdad de oportunidades debe equiparar los resultados escolares por medio de la compensación de recursos a los individuos que posean circunstancias diferentes, “cualquiera sea su origen social, tiene la probabilidad de aprender las mismas cosas” (JOHN E. ROEMER).
La igualdad de resultados posee como principio considerar las diferencias de aprovechamiento del alumno, pero sin embargo cada uno de ellos posee la misma oportunidad de obtener recursos efectivos y consistentes, con una adaptación curricular según sus necesidades educativas y las circunstancias que posea.


Una política educativa que prevalece las igualdades de oportunidades rompe el aislamiento institucional de la escuela abriéndola a requerimientos de la sociedad y redefiniendo sus pactos con los otros agentes socializadores, particularmente la familia y los medios de comunicación.



[1] Escritor y futurista estadounidense doctorado en Letras, Leyes y Ciencia, conocido por sus discusiones acerca de la revolución digital, la revolución de las comunicaciones y la singularidad tecnológica

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